lunes, 23 de enero de 2012

Vídeo-poema "Si el hombre pudiera decir"

Cernuda pretende explicar el significado que para él tiene el amor, intentando presentarlo en su estado más puro ya que lo considera la única verdad del hombre. También describe con exactitud una extraña paradoja, la que supone que la libertad que el amor le proporciona consista en apresarle en su amada, el único sentido de su mezquina existencia.
Finaliza con una bella declaración a su amada.



Es un poema que pertenece a su obra Los placeres prohibidos. Esta mantiene las imágenes oníricas e incorpora los versos alejandrinos sin rima, así como poemas en prosa. El uso de la primera persona otorga a los textos un carácter de confesión.

lunes, 16 de enero de 2012

Luis Cernuda


Su educación fue rígida e intransigente debido al carácter y a la condición militar de su padre. Con motivo de la traslación de los restos de Bécquer a los nueve años de su edad, empieza a leer poesía y, más tarde, un profesor lo anima a escribir versos y le corrige los que compone. Empieza a estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla en 1919, siendo uno de sus profesores Pedro Salinas, quien lo ayudó con sus primeras publicaciones. En 1923 deja la Universidad de Sevilla para hacer el servicio militar e ingresa en el Regimiento de Caballería de Sevilla. En 1924 volvió para terminar la carrera, lo que consiguió en 1926. En 1925 conoce a Juan Ramón Jiménez y publica sus primeros poemas en Revista de Occidente. En 1926 viaja a Madrid; colabora en La Verdad, Mediodía y Litoral, esta última la revista malagueña del matrimonio formado por Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, a los que siempre le unirá una gran amistad, incluso en el exilio mexicano. Lee a los surrealistas franceses, y le influyen en especial Pierre Reverdy y Paul Éluard; a este último lo traducirá más tarde.


En 1927 publica su primer libro lírico, Perfil del aire en la imprenta malagueña de Prados y Altolaguirre, pero es atacado por Juan Ramón Jiménez, quien considera a este libro demasiado influido por Jorge Guillén; esto no se lo perdonará nunca Luis Cernuda. Se traslada luego a Madrid en 1929 y allí, desde 1930, trabaja en la librería de León Sánchez Cuesta; asiste a diversas tertulias en compañía de Vicente Aleixandre y de Federico García Lorca; este último le presenta (1931) a un joven actor gallego llamado Serafín Fernández Ferro y Cernuda se enamora de él; pero este no le corresponde sino sólo cuando necesita dinero; este amor insatisfecho inspirará sus libros Donde habite el olvido y Los placeres prohibidos.Concluida su relación con S erafín, colabora además en la revista Octubre de Rafael Alberti (1933).


Se entera del asesinato de Federico García Lorca y le escribe una sentida elegía, "A un poeta muerto (F. G. L.)", cuyos dos últimos párrafos fueron censurados.
En 1944 un nuevo amor le inspira los poemas de Vivir sin estar viviendo y desarrolla una intensa labor de crítico literario, publicando en el Bulletin of Hispanic Studies varios ensayos sobre poesía española; traduce Troilo y Cresida de Shakespeare (1945).


En 1947 se inicia su exilio norteamericano. Por fin consigue dejar su puesto y establecerse en México capital en 1952; allí se enamora de un culturista, Salvador Alighieri, que había conocido en las vacaciones de 1951; a él están dedicados los Poemas para un cuerpo.

El 5 de noviembre fallece en la Ciudad de México y es enterrado pocos días después en la sección española del Panteón Jardín.

Nunca negó su condición homosexual, factor que le hizo ser considerado en su patria un «raro» y rebelde, dada la mentalidad poco abierta de la España de entonces.